Alimentar a nuestros perros con música, ¿es posible?

¿Es posible que a nuestros animales les guste la música?, descubrámoslo en este nuevo blog

A veces se me olvida por qué, pero luego recuerdo el origen del pavor que le provoca ese ruido. En simple, su capacidad auditiva es superior a la mía. ¿De qué estoy hablando? De la reacción de mi mascota cada vez que paso la aspiradora. O cada vez que intento usar el secador de pelo con él después de un baño. Pero no tiene la misma reacción con la música. Es decir, creo que a mi perro le gusta la música. Y es que escuchan más frecuencias de onda que nosotros. El sonido viaja a través del aire como ondas de energía. Los hertz (Hz) son la unidad de frecuencia que mide la cantidad de ciclos de onda por segundo. 

Entonces, ¿escuchan más sonidos que nosotros? 

La respuesta corta es sí. Para que se entienda, los humanos podemos oír sonidos que van desde los 20 a 20.000 Hz. Los perros, en cambio, pueden captar frecuencias de sonido que van desde los 40 a los 65.000 Hz. Esa capacidad, que evolucionó para oír la presencia de depredadores, puede ser hoy una carga para muchos de nuestros peludos. Esto porque la vida moderna puede ser difícil para ellos cuando se ignora esta característica. Las sirenas de bomberos, las alarmas de los autos, un skateboard en la calle, los electrodomésticos de la casa, la alarma del celular, etc. Todos esos sonidos los pueden alterar. Imagínense los fuegos artificiales o las motos ruidosas. Pero hay formas de ayudarlos.  

Cambios en la casa

Los perros pueden llegar a sufrir de fobias a ciertos sonidos. Si tu casa está expuesta a sonidos que no está en ti controlar, puedes aplicar ciertos cambios. Usar mantas decorativas en las paredes, persianas dobles o blackouts. Desenchufar electrodomésticos. Usar alarmas en base a luces y no a sonidos. Poner cintas aislantes en puertas y ventanas. También puedes poner alfombras y plantas en lugares estratégicos. Todo con el fin de bloquear el ruido exterior. Pero, ¿qué hay de la música? 

La ciencia lo dice

Hay décadas de investigación que advierten sobre los efectos calmantes y analgésicos de la música en las personas. Basándose en este trabajo, diversos investigadores buscaban ver si los perros también podrían beneficiarse de ella. Estos estudios, en su mayoría, fueron llevados a cabo en refugios de animales. Ahí los investigadores registraron la respuesta de los perros cuando se les pone música. Tomando nota de cualquier cambio en la hormona del estrés, el cortisol. En uno de estos estudios, la psicóloga Deborah Wells descubrió que los perros parecían estar menos agitados después de escuchar música clásica. Su respiración se ralentizó y eran menos propensos a pasear o permanecer de pie. ¿Y con la música heavy metal? Pues todo lo contrario.

Pero hay más

De manera similar, la psicóloga Lori Kogan informó que los perros expuestos a música clásica pasaron más tiempo durmiendo y menos tiempo ladrando. Por el contrario,  exhibieron temblores y sacudidas después de escuchar heavy metal. Malas noticias para los fans de Metallica con perros. 

Pero independiente del género, la duración y frecuencia de una nota afecta el modo en que los perros responden a la música. Notas cortas tocadas en rápida sucesión llevaron a movimientos motores rápidos. Por otro lado, los perros se vieron calmados en respuesta a tonos simples, ritmos y notas sostenidas. La verdad es que los perros se muestran más calmos cuando escuchan música clásica, pero también -en menor medida sí- cuando es reggae y soft rock. 

En definitiva

Creo que a mi perro le gusta la música. A todos los perros sin ir más lejos. Especialmente cuando es pausada y de notas más largas. Les hace bien. Muchos lo saben ya. Por ejemplo, Spotify. Eso sí hay que variar el repertorio porque se aburren con lo repetido. Pero independiente de cómo respondan a cada gusto musical, lo importante son los beneficios. Mejor dormir, fortalecimiento del sistema inmune, asistencia en momentos de separaciones o de nuevas adaptaciones, en fin. La música definitivamente es buena para nuestros perritos.